viernes, 13 de marzo de 2009

OJO ELECTORAL - 9 FEBRERO 2006

Rómulo Lares Sánchez. Caracas, 09.02.2006

SIN VERGÜENZA DEL OJO ELECTORAL

La más vergonzosa actuación en materia electoral reciente en Venezuela es la adelantada por la A.C. Ojo Electoral-ACOE, cuyo vocero principal es el miembro de la Compañía de Jesús y director del Centro Gumilla, José Virtuoso. Comparten responsabilidades Carlos Genatios, miembro del primer gabinete de Hugo Chávez y posterior Ministro de Ciencia y Tecnología; Ignacio Ávalos Gutiérrez, Miembro del Directorio del CNE de 2000 y Presidente del CONICIT del gobierno de Rafael Caldera II; Francisco Layrisse, académico y Eleazar Díaz Rangel, Candidato de Hugo Chávez para presidir el CNE, ex Presidente del Colegio Nacional de Periodistas-CNP y Director del diario “Últimas Noticias”. En su primera directiva también participó Teodoro Petkoff. Es asesorado por el ex Fiscal General Javier Elechiguerra.

Esta A.C. Ojo Electoral-ACOE, se ha empeñado en hacerle creer al país que poseen la experiencia en materia electoral y la imparcialidad requerida e indispensable, para ofrecer credibilidad en sus servicios en materia de observación electoral. Casualmente ha sido la única institución nacional calificada y autorizada como “observadora nacional” por el CNE.

Salvo Ignacio Ávalos quien se desempeñó durante seis meses en el Directorio del CNE en el año 2000 y Teodoro Petkoff como miembro del “Consejo Asesor” del CNE de Francisco Carrasquero, no tienen los directivos credenciales en la materia electoral. Habría que investigar, dentro de la actuación “en paralelo” en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en el “presunto Fraude Electoral Continuado” adelantado por las administraciones del CNE desde agosto de 2003, la participación o “experiencia electoral” que hubiesen podido tener algún otro de sus miembros.

ACOE se ha empeñado en promover la participación de la ciudadanía en los fraudulentos, por ilegítimos e ilegales, actos electorales organizados por el CNE. Cuando el país fue lanzado al vacío de los bochornosos e indignos obstáculos vilmente creados por el CNE, para desplazar e impedir las manifestaciones de la ciudadanía para la convocatoria y ejecución oportuna del frustrado Referéndum Revocatorio I-RRI y, la vergüenza de los hechos que rodearon el RRII, donde fueron violadas prácticamente todas las normas electorales, leyes, hasta la Constitución-CRBV99, fundamentalmente Derechos Humanos también consagrados en la norma supra-constitucional internacional, produciéndose el Fraude Electoral confirmado por la sociedad venezolana el 15 de agosto de 2004, mediante la proclamación de “resultados” del RRII, que favorecían la negativa de la revocatoria del mandato de Hugo Chávez como Presidente de la República. Posteriormente bajo idénticas características, las elecciones Municipales, las Regionales y las de la Asamblea Nacional.

Mientras este dantesco drama se desarrollaba, el primer deber de un observador electoral de no tomar parte por alguno de los actores, fue persistentemente violado por la ACOE invitando a los ciudadanos a “participar”, es decir la opción “oficial del régimen”, habiéndose convertido, de manera legal y legítima, la NO PARTICIPACIÓN, en una de las opciones en disputa, precisamente de aquella en la que se alineaban “OPOSITORES” al régimen del que prácticamente han formado parte, o han manifestado su “comprensión”, ¿simpatía?, varios miembros de la ACOE.

Para colmo la ACOE reintrodujo y presentó al país una oficina internacional (del continente americano), de asesoría electoral vinculada a la Organización de Estados Americanos-OEA denominada CAPEL, como una instancia capaz de acometer las complejas actividades de auditoria del Registro Electoral-RE, entre otras, actividad que sólo es posible realizar mediante el respaldo de capacidad y experiencia en materias relacionadas, características que CAPEL no posee. Pero adicionalmente a este aspecto estrictamente técnico de incapacidad absoluta de CAPEL para atender nuestro caso, se suma uno de tanta o mayor trascendencia e importancia, el político-electoral, que se desprende del desprestigio inmenso de la OEA en general, del grotesco y descarado comportamiento de la OEA en el caso Venezuela. Tanto César Gaviria como el candidato de Hugo Chávez para sustituirlo José Miguel Insulza, pasando por los embajadores y funcionarios involucrados de una u otra forma en el FRAUDE ELECTORAL CONTINUADO, en el que se ha convertido todo acto electoral donde haya tenido alguna participación el CNE.

El aspecto que realmente señalo como vergonzoso, es el de tomar y esconderse detrás del prestigio académico, religioso o de la comunicación social, para confundir o pretender confundir ciudadanos que quieren creer en la “salida electoral”, que creen tanto en la Iglesia Católica, como en el prestigio de científicos y académicos para descubrir y demostrar la verdad, como en la misma lucha por la verdad de los medios de comunicación y de los profesionales comunicadores sociales.

De acuerdo con la patética tradición de la ACOE y como era de esperarse, pretenden ahora “lavar”, adornando con “guirnaldas y azahares” el proceso de selección de los rectores electorales. Son observadores electorales que le mienten descaradamente al país cuando encubren el FRAUDE ELECTORAL que se reinicia con la “PANTOMIMA” de la selección de los rectores del CNE, que antes convirtió a Hugo Chávez en DICTADOR de Venezuela, porque perdió toda su legitimidad el 15AGO04, cuando se consolidó un resultado electoral al margen de la ley, producto de meses de violaciones y abusos que la ACOE no vio. ¿No pudo ver o no ha querido ver? Seguidamente fueron ilegalmente convocadas y ejecutadas, repetimos, elecciones municipales, regionales y de la Asamblea Nacional, no sólo con el visto bueno de la ACOE, sino con su “invitación” para desdeñar los sólidos argumentos de muchos de los grupos en pugna, y de organizaciones especializadas en la defensa de los derechos humanos, negando la alarma ante esta serie de visibles “fraudes electorales”, los que fueron todos convalidados, haciendo adicionalmente a la ACOE cómplice de la ilegitimidad de todas las autoridades “elegidas”.

Es cristiano y saludable creer en la “buena fe” de la ACOE, sobre todo por la condición de “creyentes” o el “sacerdocio” de sus miembros directivos. En el aspecto ético y político, su bondad no los eximirá del daño que han causado y persisten en causar a la DEMOCRACIA venezolana. Aún si los aceptamos “buenos”, el “papel de ingenuos” que habrían adoptado, requiere de una acción y explicación tanto de la Jerarquía de la Iglesia Católica, como del Colegio Nacional de Periodistas-CNP, como de la Universidad y el gremio profesional que les autorizó para ejercer sus profesiones. ¿Permitirán estas instituciones de la Sociedad Civil venezolana, que se utilice su “prestigio” o el de sus miembros mayoritariamente respetuosos de la ética profesional?, para que un “activismo político disfrazado-clandestino”, que actúa simulando consolidar en nombre de la verdad, un estado de cosas que pretende destruir precisamente el valor “DEMOCRACIA” que declaran defender. Este es un debate que debe ser promovido dentro de esas instituciones y ante el país.

Por muy puros que sean los proyectos y las intenciones de la A.C. Ojo Electoral, el “fin que justifica los medios” en este caso patético, sólo ilumina el concepto de VERGÜENZA que nos obliga a cubrirnos la nariz. Afortunadamente la sociedad venezolana se expresó sabia y muy claramente el 4D05, cuando le dio con absoluta razón la espalda al Sistema Electoral venezolano, promovido y protegido por “Ojo Electora

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